“La Comisión Europea asignó ayer casi 700 millones de dólares a un proyecto que intentará trazar el mapa
más detallado jamás logrado del cerebro”
Diario La Nación 21 de Enero de 2013
“No se si habrás visto el mapa de una mente. A veces los médicos dibujan
mapas de otras partes de ti,(…) pero no es tan fácil trazar el mapa de la mente de un niño. Que no sólo es confusa,
sino que gira sin cesar.”
J.M.Barrie. Peter Pan.
En
Junio de 2013 desarrollamos el Cuarto Simposio organizado desde nuestro recientemente
rebautizado Forum Infancias.(1) Nos
interesa esta vez reflexionar y
debatir sobre las posibilidades subjetivantes de ciertas intervenciones y sobre
la inclusión social.
La
primera intervención subjetivante debería
plantearse en el campo del pensamiento. Debemos re-pensar la niñez (2)
para hacer frente a la objetivación empobrecedora
que progresivamente se adueña del campo del sufrimiento infantil colonizándolo con nuevas “palabras maestras”
y nuevas etiquetas.(3)
Esta
objetivación tiene su musa inspiradora en el
DSM. Seguir su embeleso supuestamente a-teórico y neutro nos
permite
adquirir la convincente certeza de que es en el cerebro donde radican las
estructuras subyacentes a los síntomas del los chicos y en los genes donde se
localizan las causas. Y con toda coherencia entonces podríamos concluir que es
en los fármacos y las modificaciones de hábitos conductuales donde afincan las
esperanzas de resolución
Con
gran afinidad con el nítido predominio de lo visual en nuestra actual cultura de
la imagen y el rendimiento es justamente la clasificación de conductas visibles
la que brinda entidad y carta de ciudadanía psiquiátrica a muchos de los “nuevos” “cuadros” con que se
categoriza la sintomatología de la infancia.
Una
clasificación encabezada por el mal llamado ADD o ADHD, por los mal entendidos
Trastornos Generalizados del Desarrollo, por los descontextualizados Trastornos
Oposicionistas y por ese afanoso y frágil constructo
que es el Trastorno Bipolar Infantil.
Estamos
ante un caso de clasificación “chatarra”. Que, como esa comida, trae
consecuencias en el organismo y la vida de los niños.
En nuestras sociedades,
fuertemente influenciadas por paradigmas tecnocráticos, se afirma la tendencia de reducir las prácticas
sociales complejas como criar, educar, diagnosticar y curar a procedimientos
técnicos. Los libros de autoayuda aportan entonces técnicas de crianza, reducen
lo complejo e interactivo de la educación a un problema de aprendizaje, el espesor
de un proceso diagnóstico se degrada a ingreso en una grilla clasificatoria y
la cura a la administración de psicofármacos o técnicas reeducativas.
“La eliminación de las cuestiones prácticas es
el núcleo de la conciencia tecnocrática. En esta etapa la política ya no se
dedica a la realización de fines prácticos sino a la resolución de cuestiones
técnicas”. En consecuencia: “Donde había un espacio práctico-político para
la discusión, la tecnocracia nos ha legado un problema técnico que ha de
ser resuelto”.(4)
La
técnica es “encantadora”. Miles de padres, docentes y profesionales creen que
están contribuyendo, a través de ella al control sobre fenómenos de nuestra
“naturaleza”. Lo que lleva insensiblemente a desconocer complejidades. El
pensamiento de la época deriva entonces a considerar que las múltiples determinaciones de lo humano queden
reducidas a los determinantes de su
biología. Con lo que las nuevas formas históricas de la subjetividad (los chicos de hoy por
ejemplo) son recogidas por la nosografía de un modo que las aplana.
Aún en tiempos de clasificaciones tecnocráticas que transforman
los diferentes padeceres en entidades pasibles de medicación sigue habiendo otras cosas que clasificar
de modo mucho más útil. Y no son justamente las personas sino “en todo caso,
las tendencias que presionan sobre ellas o les abren espacios para el advenir de una experiencia propia”.(5)
Clasificar
tendencias
Habíamos nacido después de la guerra. Eramos la espuma que queda después
de la marejada.
Erri De Luca
Llamamos subjetividad a nuestros
modos de ser y a lo que creemos que somos. Y a lo que hacemos
con eso. Es un territorio complejo de tendencias contradictorias que muchas
veces unificamos ilusoriamente bajo la sigla “uno mismo”. Y a veces también
creemos que siempre hemos sido así. Que la gente a lo largo de la historia no
se ha modificado más que como efecto del
escenario geográfico que habitó. Hollywood nos ha hecho creer que entre
Cleopatra y una bella e intrigante mujer actual no habría más diferencias que
las de la cosmética de sus ojos. Pero no es así.
Tampoco la crianza y la
educación han sido parecidas en otras épocas.
Los estilos con que las personas dan sentido a su existencia, viven,
trabajan y aman han variado de modo notable a lo largo de la historia. Los
conflictos, angustias y modos de resolución tienen una fuerte raigambre en la
época, en la que el “humus” donde esas raíces pueden nutrirse, el piso de las
prácticas que fundan esa subjetividad, no ha sido el mismo a lo largo de las épocas.
No somos siempre espuma de las mismas olas.
La familia sostenida en sus funciones por el Derecho compartió,
en Occidente y durante siglos, sus prácticas formativas con la iglesia.
Dios, Patria y Hogar se inscribían como los ideales. A estudiar, rezar y trabajar
entonces. Actualmente el escenario familiar ocupa un lugar decreciente
en relación a otros ámbitos de socialización formales (escuela) e informales
(medios masivos de comunicación).
La familia ha ido perdiendo progresivamente sus funciones que hacían
de ella una microsociedad. La socialización de
los niños transcurre cada vez más fuera de la esfera doméstica. La
familia deja pues de ser una institución y los padres guían cada vez menos. Se
convierte así en un lugar de encuentro de vidas privadas
entre quienes proveen y quienes son provistos.
La fantasía del “hogar nido” se ha resquebrajado. Los medios invaden la
cotidianeidad y ponen en evidencia las múltiples fuentes e influencias que
gravitan en la crianza y la educación. Lo que a veces resulta abrumador.
Podemos apreciar el reflejo de la contraposición de
las principales tendencias en conflicto
en la tapa de nuestros DNI donde formar parte el Mercosur como
consumidor está por encima de ser ciudadano argentino.(6) Este
contrapunto ciudadano-consumidor, con el creciente predominio del lazo que el
consumo instituye, marca aquel pasaje. Y lo
hace porque produce dos subjetividades distintas. La instituída por el estado y la producida por los medios y el consumo.
Una configuración de intereses ideales y emociones subjetividad que llamamos informacional
o mediática.
En los últimos
tiempos en nuestro país, pero no sólo aquí, se dio un intenso debate alrededor
de la promulgación de una ley que regula
la concentración mediática. Gobierno y en especial una empresa se trenzaron en
una lucha sin cuartel
Mas allá de
“argumentos” en pos de la libertad de prensa que podría ser vulnerada y de la
necesidad de des-monopolizar el sector, los fuegos cruzados velaban a la par
que escenificaban una cuestión de fondo.
Se trata del lugar
de los medios y del Estado en la construcción de los modos de ser
actuales. Mientras la subjetividad del ciudadano se conforma a
partir de la Familia, la Escuela y detrás de ellas el Estado Nación la
subjetividad mediática que viene arrinconando a la primera, es producida por
los medios de comunicación.
Bart Simpson lo
enuncia sin vueltas: -“A mí me crió la
televisión”
Porque si antes
cada hogar disponía de posibilidades de regular a través de horarios y espacios
la presencia mediática en el seno de la familia, hoy ese filtro se ha roto.
Y entonces nos
encontramos con que lo que se discute son las formas de ser que queremos
resguardar en su formación en su “producción”. ¿Cómo queremos ser? ¿Cómo
queremos que sean nuestros hijos, y alumnos? ¿Qué ideales, apetencias, valores
y formas de lazo con los otros aspiramos a tener para nosotros y nuestra
descendencia? ¿Qué esperamos que trascienda como bagaje de época? ¿Donde están
resguardadas nuestras esperanzas para las generaciones próximas?
Están en juego
cuestiones que hacen a la manera en que nuestra subjetividad se modela, y
modula hasta convertirla en un ente, en un “producto” social: ser niño, ser
alumno, ser hijo. Y por ende en sus figuras correlativas, Ser padre y madre,
ser maestro. Ser adulto. Pero además, y cada vez más centralmente, ser
consumidor, ser cliente. Todo ello crea filiaciones y linajes, pero también
pertenencias y fidelidades.(7)
La publicidad es quien se encarga de dar imagen y significación a las
marcas que marcan ese territorio donde parecen haberse alojado no sólo las
huellas de experiencias vitales sino también las marcas de las marcas
comerciales. Nuestra subjetividad ya no alberga solamente los arrorroes y
mimos, los olores y las voces, los nombres y apellidos. También ha sido
colonizada por las marcas. Horadada la roca moderna del hogar nido, nuestra intimidad en esta era del Big Bang mediático se
ha tornado cada vez más ex-timidad.(8) ¿O cuántas de las primeras diez palabras que
aprende un niño se las enseñaron sus padres?
Entendidas como entidades esas
formas subjetivas devienen un
“artefacto” sin arte, una suerte de producto estandarizado (al estilo de
ciertas siglas y “diagnósticos”) que oculta y vela que se trata de una
subjetividad que esta en permanente proceso.
“En la era de la
instituciones el lugar precede. Ese lugar constituye subjetividad pero a la vez
obstruye la subjetivación.”(9) Es decir que las tendencias contrapuestas y en
conflicto están, ambas, presentes.
Precisamente esta
cualidad procesual, este perpetuum mobile desafía nuestra tendencia a englobar,
categorizar y clasificar que es nuestro modo moderno de inteligir y comprender.
Hubo épocas en que
los humanos eran clasificados en tipos o hábitos según sus rasgos corporales.
Así por ejemplo según Kretschmer nos dividimos en pícnicos, atléticos y
leptosómicos. Constituciones
consideradas como resultante de la expresión del genotipo en el
fenotipo, que de este modo dictamina morfologías y modos de ser, de habitar el
mundo y reaccionar ante sus variopintos estímulos. La anatomía era el destino
¿Puede el psicoanálisis
de niños ofrecer una perspectiva enriquecedora?
Comparto que sí. “Entre
otras cosas porque es capaz de poner de
relieve la alegría de la diferencia. La
prevalencia de la experiencia y la primacía del juego como profanador de los
pensamientos sacralizados” Que a alguien responda a las formas instituidas del
deber ser, que “le vaya bien” en la
profesión o en los negocios, que un niño juegue “bien” al ajedrez o al futbol o
tenga un desempeño académico adecuado no constituyen condiciones suficientes
para decir que se siente real ni feliz” (10)
Formas
de inexistencia: las formas debidas
Todo es menos de lo que es.
Todo es más.
Paul Celan
Daniel Pennac responde de manera muy nítida a una pregunta en
relación a su funcionamiento como alumno:
- “Ud dice que algunos malos
alumnos necesitan que algo o alguien los saque de la realidad escolar para no
desarrollar "la pasión del fracaso". ¿Qué o quién lo ayudó a usted?
-En mi caso, cuatro profesores y mi primer amor. Todos
ellos me dieron la sensación de existir, me permitieron creer que podía tener
una existencia fuera de la identidad escolar. Esos profesores se dirigían a mí,
por alguna razón vieron en mí algo que parecía interesarles. Y eso me salvó. No
se preocupaban tanto por el desempeño escolar, y la paradoja es que gracias a
eso mismo mi desempeño escolar mejoró mucho”. (11)
Y Melvin el
protagonista de Una Forma de Vida lo
expresa de este modo: “No se preocupe, no la tomo por una psicóloga. No son
psicólogos lo que falta aquí. He probado con varios. Les hablas durante tres
cuartos de hora en el mas profundo de los silencios y luego te recetan Prozac.
Me niego a tragarme eso. No tengo nada contra los psicólogos. Sólo que los del
ejército norteamericano no me convencen. Lo que espero de usted es otra cosa.
Deseo existir para
usted. ¿Es pretencioso? No lo sé. Si lo es lo siento. Es lo más auténtico que
puedo decirle.; deseo existir para usted,” (12)
Ambos, uno como
alumno, el otro como soldado vivían una forma de inexistencia. Dejando entrever
que la existencia estaba alojada en lo que excede el ser alumno o ser soldado.
Quedar ceñidos, cual muñecos de torta, al molde instituido era el obstáculo
para la subjetivación
Inteligencia Artificial, la película cuyo guión se basa en el relato Supertoys last for ever, de Brian
Aldiss, nos presenta a David, un sofisticado autómata con aspecto de niño que
es “adoptado” por una familia cuyo hijo está en un coma que parece irreversible.
Lo que ocurre es que, fuera de programa y pese a haber sido producido como
autómata, David se enamora del cuento de
Pinocho que su “mamá” le relata amorosamente. El muñeco de Gepetto quería ser
niño. David también comienza a anhelar ser humano. Quiere ser hijo, tener mamá,
papá, linaje; ser libidinizado, amado.
¿Pero por qué querría un muñeco subjetivarse como niño? ¿Por qué
exponerse a la finitud si contaba con pilas que le iban a durar “for ever”? Tal
vez la respuesta esté en que los muñecos no crecen. Y David no quería ser una
sombra, un suplente, sino hijo y en
tanto hijo, como niño, además de recibir amor quiso crecer. Por eso juegan los
chicos. Porque quieren hacerse adultos, alterar su condición de promesa. Y
tener futuro.
El
autómata era una figura extremadamente popular en los inicios del siglo XIX
inmortalizada en muchas imágenes y relatos. Quizás el más popular entre los “psi”
sea el Hombre de Arena.(13) Alli el personaje
que concentra la curiosidad del protagonista resulta ser una máquina, una
muñeca, Hace algún
tiempo los japoneses realizaron una exhaustiva investigación intentando
pesquisar a través de cámaras los motivos de las demoras innecesarias en sus
velocísimas redes de subterráneos. Y descubrieron que cada convoy se demoraba
un segundo más de lo estrictamente imprescindible en cada estación por...la
conversación de las mujeres.
La eficiencia también llama al silencio. El paradigma
de salud que gobierna las modalidades tecnocráticas es la funcionalización. Metodología nada
lejana a la confesión personal de un colega respecto a su práctica diagnóstica
en psiquiatría con sus pacientes mujeres: “Yo prefiero que no hablen. Si me
hablan mucho, me confunden el diagnóstico.”
La inteligencia humana no es un producto natural,
tampoco artificial, sino social. No es a botón. “A diferencia de los animales,
los seres humanos no sólo transformamos el mundo en el cual vivimos sino que
generamos nuevos mundos; mundos que una vez producidos obligan, para su
transformación, no sólo a apelar al conocimiento sino a toda la astucia, la
audacia, para sortear el riesgo”.(14)
Mundos que difieren de la repetición de las arañas y sus telas, las
abejas y sus panales, los horneros y sus nidos o los castores y sus diques. Una
inteligencia que sólo se plasma, como señala la colega citada, cuando se apuntala en la mediación de los
otros significativos para la vida de ese bebe. Un pensar surge en ruptura con
la información biológica, con los hábitos que rutinizan el razonar, y en franco
contraste con los automatismos. Cuando David “piensa”, cuando va más allá de
sus circuitos y “se da cuenta” de que es
un autómata producido en serie y no un niño, es ahí que se “angustia” y su
programación se desbarata.
Inteligencia artificial puede pensarse como una metáfora donde la
crianza, fundada hasta hoy en los lazos libidinales y el anhelo narcisístico de
trascender en los hijos, es reemplazada por baterías y programación. Pura
subjetividad instituida. De molde. Sin espacio para la divergencia.
Frente a este
panorama, ¿no será que en lugar de ponernos y ponerles a nuestros niños las
pilas se trata, en cambio, de
sacárselas?.
David era un autómata. Pero muchos niños que padecen
de cuadros severos de lo que se llama (y no ha de ser casualidad la elección
del término) “espectro autista” sufren de una espectral desvitalización. Se
viven como artefactos, no como cachorros humanos, como vivientes. Su existencia
se ve limitada a sobrevivir como
“máquinas” aparentemente desafectivizadas.
Formas de existencia: las formas
de vida
“¡Como envidio su buena vista!
¡Ver a nadie!¡Y a esa distancia! Yo en cambio apenas si consigo ver a alguien
¡y eso con buena luz!
L.Carroll
Todo pensamiento comienza por un poema.
J. Alain
Comenzamos hablando
de subjetividad como modo de ser. Modos de ser que se constituyen en
determinadas circunstancias epocales.
Y que son formados
por determinados dispositivos sociales La familia y la escuela en primer lugar.
Si pensamos de un modo mecanicista podríamos emplear el termino matrizar. Tiempos modernos y hombre máquina
“Entonces uno ahí se piensa a
partir de un discurso que lo piensa, se piensa en la diferencia de cómo lo
piensa la escuela, el director el dispositivo institucional.” (15)
La subjetividad, en ese estilo matricial
efecto de un dispositivo se contrapone, se diferencia de las posibilidades de
subjetivación íntimamente relacionadas con la construcción singular de una
experiencia Una experiencia cuya condición de posibilidad en lugar de depender
de algo programado dependerá de que algo espontáneo y contingente se constituya
como superficie de esa experiencia.
La
subjetividad puede describirse como una máquina de pensar pensamientos, los más
combinatoriamente probables. Mientras una práctica o un espacio de subjetivación se legitimarán
entonces sólo por las aperturas que
ofrecen a lo posible, a lo improbable. Si un pensamiento permite pensar otra
cosa que sí mismo es en ese momento que un pensamiento se hace posible
Existir no es un estado
objetivo sino un trabajo subjetivo.. (15)
Trabajo
que requiere la invención de una travesía. Es la que realiza Alicia. Una
doble travesía.
Por
un lado atraviesa la imagen de su
cara reflejada en el espejo. Lo que prima allí, en esa operación no es el
respeto por las formas sino el hacerse cargo de la curiosidad que impregna su
mirada. “Muerta de curiosidad” mira al conejo y va más allá de un límite.
Alicia, toda ojos descarada y
traviesa, atraviesa el espejo inicia una travesía por el (su) otro lado. No es
un detalle que el segundo libro de Carroll se llame Alicia a través del espejo.
La segunda travesía no es a través de la
imagen sino a través del sentido. Alicia
se sorprende de un comentario del Sombrerero “porque parecía no tener ningún
sentido aunque se expresara correctamente.”(16)
En
sinsentido (nonsense), el predominio
de la musicalidad de la rima, la
creación de palabras-maleta, la alteración de las secuencias temporales son
sólo algunas de las licencias subversivas que Alicia se arroga sobre la
gramática.
Si
todo pensamiento comienza por un poema la creación poética y lúdica de sentido
es creación de pensamiento. De un pensamiento atravesado por la paradoja de que
la ficción posea una verdad diferente de la pretendida objetividad de la
historia. Y también entonces creación no maquínica de subjetividad. Subjetivación
de nuevas versiones de sí a partir de la di-versión. Dos versiones porque “aquella niña tan original jugaba a
veces a ser dos personas distintas” (17)
La fantasía impulsa más allá de lo que la máquina de pensar pensamientos instituidos permite. Agamben lo enuncia de
esta modo: “La imaginación circunscribe un espacio en el que no pensamos
todavía, donde el pensamiento se hace posible sólo a través de la imposibilidad
de pensar.”.(18)
Entre el autómata socialmente
instituido y el poeta esta el chico de hoy. Ni lo uno ni lo otro. “Decir o esto o
aquello da por sentado que entre esto
y aquello no hay nada” (…) “Ya no se
sostiene la familia con lugares estables
y las situaciones con que nos confronta la clínica están llenas de
ambigüedades con que vivimos”.(19) Ambigüedades y
conflictos que las siglas y etiquetas del DSM no recogen sino que por el
contrario normalizan y aplanan.
Los hombres, tanto más los niños, “estamos hechos de la
misma sustancia con que se trenzan los sueños.”(20) Pero, como reflexiona Steiner: “En el horizonte está la
perspectiva de que los descubrimientos bioquímicos y neurológicos demuestren
que los procesos imaginativos y cognitivos de la psique humana tienen una
fuente en última instancia material. Que hasta la conjetura metafísica o el
hallazgo poético más grandioso son (tan sólo) formas complejas de química
molecular.”
Entonces con él y
con Agamben, con Shakespeare, con Carroll y Barrie, ante este supuesto decimos
no. Un no que contiene la promesa de seguir creando y reinventándonos. Porque parafraseando
a Celan puede ser que “Todo (parezca) ser menos de lo que es.” Pero como
psicoanalistas sabemos que, más allá de las apariencias de la conciencia, “todo
es más.” (22)
BIBLIOGRAFIA
Y NOTAS
[1] La ampliación sistemática de la lógica
clasificatoria mucho mas allá de los casos de ADD/ADHD hacia toda
la infancia creanndo un bosque de nuevas y frondosas etiquetas nos decidieron
a cambiar ForumADD, el nombre que nos identificó por años por Forum Infancias
2 Asi se llamó un Encuentro Interdisciplinario
organizado por Ricardo y Marisa Rodulfo en 2003
3 Vasen, J:
Una Nueva Epidemia de nombres impropios. El DSM V invade la infancia en la
clínica y las aulas Noveduc Bs As 2011
4 Vasen, Federico: El debate acerca de la tecnología en la Escuela de Frankfurt: una
exploración de sus perspectivas latinoamericanas. Trabajo presentado en las
XVII Jornadas de Epistemología e Historia de la Ciencia , La Falda , Córdoba, 9 al 11 de
noviembre de 2006.
5 Rodulfo R: Padres e hijos Paidos. Bs As. 2012
6- Corea,C
y Lewkowicz, I:Se acabo la infancia? Lumen. Bs.As. 1999 :
7- Vasen J ¿Post
mocositos? Lugar Bs As 2000
8- Lacan,
J. La Etica
Paidos Bs.As. 1989
9- Lewkowicz I: Pensar sin Estado Paidós Bs As
2004
10- Rodulfo,R: Padres e hijos hoy. Op Cit
11-Pennac, D: Mal
de Escuela. Mondadori Barcelona 2008
12-Nothomb A: Una Forma de vida . Bs Anagrama 2012
13-Hoffman, E: El hombre de arena Ediciones El Aleph Bs As 2005
14-S.Bleichmar: Conferencia en el Consejo de Derechos
de Niñas, niños y adolescentes. 26/8/02
15-Lewkowicz,I: Pensar sin Estado Bs As Paidos 2004
16-Idem
17-Carroll,L Alicia
en el País de las Maravillas Cátedra. Madrid 2010
18-Agamben G:
Ninfas Pretextos Madrid 2011
19-Moreno,J: Prólogo.del libro ed Rodulfo,R: Padres e
hijos en tiempos de retirada de las oposiciones. Paidos Bs As 2012
20-Shakespeare W:
La Tempestad. Aguilar Madrid 1980
21-Steiner,G: La
poesía del Pensamiento Bs As Siruela 2012