
La cuestión es que me costó que me escuchara la buena nueva, porque cuando yo le decía viste que tenías un cert... "¡yo no soy loco! me interrumpió y me pechaba defendiéndose... tuve que pedirle que me escuchara la importancia de lo que le iba a decir y que eso que tenía para festejar con él es que, como ya sabíamos no es loco, nunca lo fue, pero que había una loca cuestión por la que le habían dado ese certificado. Luego de la sesión se instaló junto a su madre mirándome hasta que le informé a su madre de esta noticia: entonces él se fue y siguió el día, seguramente con una marca menos pesada, que habrá que seguir trabajando para que se diluya.