Aprovechando el tema ya instalado en esta revista sobre el IV Simposio sobre Patologización y Medicalización de la Infancia
que se llevó a cabo en la Ciudad de Buenos Aires, les contamos que el Forum Infancias
también existe en Trenque Lauquen. Por estos días está empezando a funcionar y su objetivo es
trabajar contra la patologización y medicalización de la infancia, poniendo en claro los criterios con los que trabajamos los profesionales de la salud mental y educación para pensar lo que le pasa a nuestros niños cuando, por ejemplo, son inquietos o presentan otros padecimientos.
trabajar contra la patologización y medicalización de la infancia, poniendo en claro los criterios con los que trabajamos los profesionales de la salud mental y educación para pensar lo que le pasa a nuestros niños cuando, por ejemplo, son inquietos o presentan otros padecimientos.
Estos criterios son muy importantes y se
encuentran ligados a diferentes prácticas. Una de ellas, se basaba, hasta ahora
casi hegemónicamente, en el manual DSM IV (que tuvo sus orígenes en el ejército
de EEUU) y la clasificación CIE 10. Este manual es estadístico, formulado con
estadísticas que no se originan precisamente en la Argentina o Latinoamérica.
Esta práctica reunía a la psiquiatría oficial de EEUU y muchos otros países y
había impuesto sus criterios globalmente. Actualmente ese sector oficial se
partió y el National
Institute of Mental Health
(NIMH) de EEUU se abrió del DSM IV argumentando que éste había fracasado en la
búsqueda del basamento biológico de las enfermedades. Hay que aclarar que si
todas las enfermedades tuvieran un basamento biológico sería posible buscar la
pastilla que las cura, intentarlo al menos, o dar paliativos, medicar. Otra de
las prácticas es la clínica que busca diferentes causas (ambientales, sociales,
familiares, individuales) y trabaja interdisciplinariamente en tratamientos
psicoterapéuticos. Considerar todas esas causas posibles está lejos de los
argumentos de un manual estadístico, que construye sus trastornos en base a
cuanta gente cumple con ciertos requisitos. Y si el requisito aplica se
diagnostica y se medica, sin hacer uso de la clínica, sin escuchar al sujeto
que está ahí en juego.
En la última versión del manual DSM, el DSM V, se
ampliaron tanto los criterios que 1 de cada 5 niños de EEUU clasifica para
algún trastorno; y esto llamó a reflexión y sumó particiones a la hegemonía del
DSM V poniendo de relevancia críticas insalvables.
Hay que decir las cosas claras hasta el
final: si cada vez más gente entra en los criterios que determinan si se tiene
un trastorno del DSM V, cada vez más gente es medicada. Si cada vez más niños
son diagnosticados con trastornos, cada vez más niños son medicados sin
criterios clínicos y con criterios de estadísticas que no responden a la
población de nuestro país. Lo incongruente es que esto reproduce un circuito
que demanda desde diferentes círculos la medicación de niños que, por ejemplo,
por ser inquietos terminan recibiendo Medicación. Actualmente en los circuitos
educativos, sin proponerlo, se presiona para que se resuelva la situación de chicos desatentos o inquietos de forma
perentoria, chicos que pueden resultar medicados
sin criterio clínico y no recibirán tratamiento psicoterapéutico adecuado. Otra
incongruencia es que hasta ahora no hay ningún hallazgo que verifique lo que
hace años se da por sentado: “los trastornos como el ADD y ADHD tienen
basamento genético” y sin embargo desde su “descubrimiento” se medica contando
con ese preconcepto como uno de sus argumentos. En realidad, según su creador,
ya fallecido, es un invento, un trastorno armado, para evitar la culpa de los
padres y aumentar el consumo de medicación.
Los niños desatentos y muy activos tienen una
historia de vida que incluye familias en las que pasan cosas, frecuentemente
contextos sociales que influyen y transitan historias subjetivas con
acontecimientos, a veces traumáticos, que se encuentran en la base de sus padecimientos.
Por supuesto que en la escuela esto es un problema y su contención es un
problema, pero si a cada niño que tiene problemas de atención se lo medica
estamos patologizando y medicalizando. Es imprescindible que quede claro: medicar,
con criterios clínicos y en base a diagnósticos clínicos (no estadísticos) es
un recurso terapéutico. Medicalizar
es hacer pasible de ser medicada cualquier dificultad que nada tiene que ver
con una patología (trastorno al decir del DSM). Lo terrible es que se doble esa
apuesta y pretendamos que los criterios de las patologías se amplíen de tal
forma que cualquier niño con alguna dificultad individual o académica
considerable sea diagnosticado con una patología mental para que pueda ser
medicado, eso es patologizar. Por
cada criterio que se flexibiliza para hacer posible ese diagnóstico se amplía
la ganancia sobre los psicofármacos en millones de dólares.
Forum Infancias Trenque Lauquen pertenece a
una Red Federal de Forum Infancias que se forma de distintos fórum en ciudades
como Rosario, Bahía Blanca, Buenos Aires, etc. Los Forums son equipos
interdisciplinarios, en Trenque estamos tratando de conformarlo con Psiquiatra,
psicólogos y psicopedagogos y esperamos que otros profesionales como pediatras
y otros del ámbito de lo social se sumen.
El objetivo es claro, lograr hacer prevalecer
el vínculo familiar, el vínculo terapéutico, el vínculo social que sostiene,
escuchar a quien tiene mucho que decir y ubicar la terapia medicamentosa en los
lugares adecuados.