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Seminario sobre discapacidad 2012


Concepto de entrevista profesional con PCDs*
*Personas con discapacidad
Trabajaremos sobre un concepto multidisciplinario de entrevista profesional. Concepto para el cual la entrevista conserva las especificidades, objetivos y técnicas propias de cada profesión pero en un marco de atención a las cuestiones subjetivas que se desplegarán en ella.
A tal fin, consideraremos que en todas las entrevistas profesionales de salud, justicia y educación, se desarrollará una interacción entre sujetos que vienen a situarse en un vínculo asimétrico y desplegarán elementos subjetivos en función de la situación a la que concurren (entrevista de asesoramiento, diagnóstico, devolución de estudios específicos, etc) y la expectativa que se tiene sobre ella. Y también en función de las características de cada sujeto allí involucrado y a la dinámica que se establezca entre esos sujetos.
Estamos estableciendo que ciertas cuestiones subjetivas se van a dar como resultado de esa interacción del lado del entrevistado y del entrevistador, lo que nos hace pensar que en este vínculo asimétrico no hay una posición objetiva que tomar, sino pura subjetividad. Lo que habrá es una técnica que instrumentar, por parte de un entrevistador que utilizará su subjetividad como herramienta.
Así vamos a otra cuestión importante: la aceptación del vínculo. La persona que viene a ser entrevistada va a encontrarse con un profesional que, sobre todas las cosas, constituye una subjetividad que se presenta allí y le impresiona de diferentes maneras, por lo que esa subjetividad del otro le presenta y por lo que él mismo va a transferir sobre ese otro, desde su propia vida fantasmática.
El entrevistador, a su vez, recibe esta subjetividad que el otro le presenta y debe hacer posible esa instancia en la cual plantearse si puede aceptar el vínculo necesario para la resolución de la situación de entrevista. Esta instancia debe incluir la posibilidad de sostener a este otro en esa situación, planteándose si puede tomar esta transferencia que el otro le va a hacer y trabajar con ella hacia esa resolución. Esta también va a plantearnos la cuestión de la disolución del vínculo que allí se ha creado temporalmente, el movimiento de fin de la entrevista, y eso debe ser parte de la instancia inicial que va a dar la pauta de aceptación del vínculo.
Esta primera evaluación de la entrevista, entonces, está planteada en relación a la aceptación de la presencia del otro, de la subjetividad del otro, por ambas partes, ya que el entrevistador debe también evaluar si el entrevistado puede aceptar su propia presencia como entrevistador: recordemos que es un vínculo asimétrico.
El posicionamiento del entrevistador en la entrevista, en relación a esto que daremos en llamar relación entrevistado – profesional, tiene que ver en principio con una ubicación desprovista de saber y de objetividad. El saber sobre lo profesional va a jugar en otro plano, y en cada profesión de diferente manera (el saber en juego en la entrevista de salud puede tener que ver con el diagnóstico, el saber en juego en otras profesiones con la materia en la que se asesora a este otro, en educación con el saber trasmitido, etc.) Sin embargo el primer plano, el que contempla el objetivo de la entrevista y la especificidad, la información en juego, está constantemente sostenido por ese segundo plano con el que comenzamos la entrevista: la evaluación sobre la aceptación y la presencia del otro. Primer plano y segundo plano podemos pensarlo en el sentido de una imagen fotografiada.

Las herramientas en juego

Hablamos antes de las herramientas que se pondrán en juego y que provienen de la propia subjetividad del entrevistador. Los elementos que constituirán la base del desarrollo de estas herramientas derivarán de la posibilidad de mantener un encuadre neutral, en cuanto a los valores, es decir, no dirigir la entrevista en función de un ideal religioso, moral o social, no juzgar, no aconsejar al respecto. La posición también debe ser neutral frente a las manifestaciones transferenciales y frente al discurso del entrevistado. Y por último la posibilidad de conservar una actitud de abstinencia, lo que implica que el entrevistador no satisface las demandas del entrevistado ni desempeña los papeles que éste tiende a imponerle dentro de la transferencia.
La entrevista plantea, entonces, consideraciones del lado de la subjetividad del entrevistador. ¿Cuáles son los puntos en que el despliegue que el otro hará elevará la ansiedad del entrevistador y lo dejarán en una situación riesgosa, en una situación de parálisis que impida el progreso o la resolución de la entrevista?
El concepto de discapacidad, concepto que hemos trabajado como construcción social durante la primera parte del seminario, se relaciona con la puesta en juego del sistema de prejuicios sociales. Estos prejuicios tienen relación con los posicionamientos subjetivos de cada integrante de la comunidad y estarán presentes al momento de trabajar con la discapacidad, con la persona con discapacidad.
Los prejuicios se instalan desde la subjetividad, toman fantasías, ansiedades y defensas de cada sujeto y se sostienen desde allí para terminar presentándose en la conducta, frente a la persona con discapacidad. Las herramientas que cada entrevistador forjará deberán tener bien en claro estos elementos, serán el producto del trabajo con ellos. Y de la posibilidad de someterse a la regla de neutralidad surgirá la optimización en la aplicación de las herramientas. Enmarcando estas cuestiones en los aspectos contratransferenciales, debemos tener en cuenta que ciertos elementos en juego en el entrevistador con relación al entrevistado se juegan en la transferencia establecida. Es decir que elementos de la historia del consultante pueden repercutir en algún punto análogo en el entrevistador, produciendo un punto ciego, una crisis de angustia o una inhibición en la tarea.


Sobre la transferencia

Volvamos a comenzar con la cuestión: ¿Cuál es la esencia de la relación profesional-entrevistado? Propongamos que es una relación entre dos sujetos, terciada por un marco institucional  (Salud, Justicia, Educación), caracterizada por una propuesta de asimetría: el profesional, supone el entrevistado, porta un saber. Otra característica es que ambos saben que la relación no termina ahí: ambos, sujetos humanos, trascienden la frontera de la relación formalmente correcta de la consulta y establecen lazos de otras índoles. Esta relación que trasciende el encuentro marcado por el objetivo de la entrevista nos lleva al concepto de responsabilidad, solidario al de transferencia.  En la relación (profesional – entrevistado) la responsabilidad se juega en la forma en que en ella las partes se ubican con respecto a lo que allí sucede. Y lo que allí sucede puede tener que ver con la repetición de formas de relación establecidas anteriormente con otros objetos (objetos de amor, objetos primordiales, otros seres humanos). Lo que ocurre, dice Freud, es que “hay una actualización de aquellas relaciones y conductas sobre la persona del médico[i] y esas actualizaciones son inadecuadas para la circunstancia y la persona del médico. Pero en tanto este médico está en lugar de los objetos primordiales es que se da este fenómeno”.
Volvamos al concepto de responsabilidad. El hecho de la presencia del profesional, dispara los procesos de la transferencia y, el entrevistado, por el lugar que ocupa ese otro que allí se presenta, despliega una serie de cuestiones propias de las que el profesional debe hacerse cargo. Es decir que no puede hacerse el distraído de lo que allí se despliega y debe conducir esa entrevista, transite por donde transite, llevándola a buen puerto, o al mejor puerto posible, resolviéndola, disolviendo la transferencia.
Puede ocurrir, como ya dejamos claro, que ese buen puerto sea elegir no hacer la entrevista, y en ese caso debe haber también una buena maniobra de derivación a otro entrevistador y una sincera excusa para realizarla.

La entrevista con PCDs (personas con discapacidad)

La entrevista con personas con discapacidad ¿debería diferenciarse de cualquier otra?
Existe una cierta cuestión específica. Derivada, como en todos los casos, de las particularidades subjetivas y de la situación que esté atravesando quien allí se presenta. La entrevista puede darse en relación a una situación de crisis presente por la situación de discapacidad de la persona o de un hijo o familiar de la persona. La entrevista puede suceder medianamente cerca de la comunicación del diagnóstico, inmediatamente anterior, ser la entrevista de comunicación o puede darse posteriormente. Este es un dato importante para aproximarse a lo que en ella sucederá y a cómo se resolverá la entrevista.
A propuesta del marco de la entrevista, que habremos establecido según el objetivo derivado de nuestra actividad y función en esa situación, y en relación con la transferencia que se desplegará, se presentarán allí historias familiares, padeceres y sufrimientos propios, compartidos y heredados, lugares familiares, ideales, imposibilidades, resignaciones y renuncias e imposibilidad de lograrlas, etc. todas entremezcladas y motorizadas por los afectos más fuertes. En mayor o menor medida deberemos aceptar y conducir ese despliegue en función de transitar pequeños segmentos de la entrevista que lleven a poder plantear, sobre ese material, el objetivo y la forma de lograrlo, para luego dar paso a la resolución de la transferencia.
¿Qué significa resolver la transferencia? Todo aquello que hemos aceptado que se despliegue debe encontrar una forma de resolverse: la energía puesta en este proceso de entrevista debe retornar a otros procesos subjetivos, las situaciones traumáticas conducidas a un estado en que sea posible una posterior tramitación elaborativa, las defensas desinstrumentadas y la persona del entrevistador debe desaparecer del lugar de objeto transferencial.
Habrá que tener en cuenta que existe una diferencia entre la resolución del objetivo de entrevista y los procesos alentados para lograrlo, o siquiera plantearlo. Por excelente que sea el arribo al objetivo y el logro producido, lo que allí se desplegó excederá esa excelencia, para quedar en el mejor de los casos, planteado como enorme expectativa que en la situación de entrevista caerá sobre la figura del entrevistador, en forma amable o como odio desmedido. Esta diferencia, que se presentará en forma de inercia al plantearse el final de entrevista es la materialidad de la derivación al equipo especializado de salud. En primera medida, esa diferencia motorizará los procesos que planteará el post entrevista y parte de aquello que no puede resolverse ni canalizarse de esa forma se derivará y comenzará a impulsar la consulta terapéutica. Todo no podrá ser resuelto, en ningún caso, entonces debemos evaluar qué efecto tiene ese sobrante, lo no resuelto, y monitorear que no quede traumáticamente disponible.






[i] En la cita de Freud, Médico está tomado en el lugar del analista