Sobre las crueldades del amor
Silvia Bleichmar

"Una simplificación fácil de esta problemática ha llevado a fórmulas estrechas: “lo que enferma a un niño es la falta de "amor", “el hijo no deseado está condenado a la neurosis". ¡Como si fueran los padres, sujetos de la conciencia y la voluntad, y los analistas, sujetos del saber y la verdad, quienes pudieran definir esta contienda monumental entre el odio y el amor a través de algo tan simple como la normatividad!
"La vieja psiquiatría organicista, cuando se encontraba con un niño mentalmente enfermo, decía: “pobres padres, qué tragedia les llegó”. Luego la psicología pasó a la posición inversa: “pobre niño, su enfermedad es efecto de lo que sus padres hicieron con él”. Ambas se tocaban en un punto: los padres, despojados de inconsciente, eran amos de sus propios actos. El psicoanálisis ayuda a una comprensión en ¡a cual ubica a los actores como partícipes de un drama cuyo libreto desconocen. El inconsciente, regisseur del papel que cada uno jugará, ni siquiera tiene el control general de la obra: sólo el de aquél cuyas acciones determina.
Así, simplificar hablando de amor y odio desde lo manifiesto sólo conduce a una normatividad más escolar que efectiva. El niño, si logra la existencia, siempre es deseado en algún lugar y no deseado en otro. La madre sólo conoce una parte de la realidad y ni siquiera sabe el por qué de este aspecto parcial que reconoce. "